DFS: sistema de archivos distribuido

Las empresas que cuentan con más de una sede se suelen encontrar con el problema de querer trabajar en la sucursal con la misma facilidad y transparencia con la que lo hacen en la sede principal.

Entre las diversas formas de afrontar el problema destaca la solución de “Distributed File System” que se puede encontrar en los sistemas operativos de servidor de Microsoft.

Qué es y cómo funciona

Un sistema de archivos distribuido (de ahora en adelante DFS) es una forma de organización de archivos usando múltiples servidores de ficheros como destinos bajo un mismo alias o “Espacio de nombres” proporcionando además redundancia, mayor rendimiento y tolerancia a fallos.

El espacio de nombres, que puede coincidir con el dominio AD o el nombre de la empresa, centraliza las rutas de red bajo ese alias y permite que un usuario de una sede pueda acceder a los ficheros de su servidor de sede sin tener que recordar nuevas rutas y trabajando directamente en su sucursal de destino mientras el servidor se sincroniza con la sede principal.

El esquema siguiente muestra un DFS básico con un servidor principal en Madrid que aloja una carpeta “Software$”, con sucursales en Coruña y Barcelona y que, bajo el espacio de nombres “EMPRESA”, está accesible en la carpeta “herramientas”. Los tres servidores de ficheros son, además, servidores del espacio de nombres.

esquema-dfs

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Un empleado que trabajase en dicha empresa y que accediera al recurso compartido de \\EMPRESA\Software\herramientas acabaría accediendo al servidor más cercano a su ubicación sin saberlo. También se puede configurar para proporcionar redundancia, es decir, que si el servidor de sede no está disponible se pueda acceder a los contenidos aunque sea a menor velocidad.

Además, las carpetas “Software$” se podrían sincronizar entre sí de forma que los cambios de una se propagasen a las demás.

Qué se necesita

Para crear un DFS nos hace falta, al menos, un servidor de la familia Windows Server. Mediante la consola de administrador del servidor es necesario agregar el rol de “Servicios de archivos” e instalar en dicho rol los servicios de DFS: Espacio de nombres y Replicación.

Si bien un DFS puede funcionar de forma autónoma se recomienda encarecidamente el tener operativo un dominio de Active Directory pues algunas características no funcionarán sin él.

NOTA: Los servicios de DFS y DFSR reemplazan los servicios de FRS parcial o totalmente dependiendo del nivel funcional del dominio.

Una vez instalados ambos roles dispondremos de una nueva consola en herramientas administrativas: “Administración de DFS”. Si la abrimos se nos mostrará una pantalla de bienvenida y, a la derecha, una descripción de cómo funciona un DFS (imagen inferior):

dfs-espacio-nombres

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Paso a paso

Desde el menú de “Acción” vamos a “Nuevo espacio de nombres”. Nos abrirá un asistente en el que tendremos que especificar el servidor que hospedará el espacio de nombres, el nombre que designaremos, el tipo (Malla, estrella, etc) y finalmente nos pedirá confirmar los datos antes de crearlo.

administracion-dfs

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Es importante recordar que no se puede crear un espacio con el mismo nombre que un recurso compartido ya existente.

También nos preguntará si deseamos que la carpeta deba ser replicada entre los servidores o no y designar el servidor que contiene la copia maestra inicial.

dfs-espacio-nombres

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Finalmente podemos gestionar los espacios de nombres ya creados desde la consola (Modificar, borrar, añadir nuevos servidores) así como aquellos espacios que cuenten con replicación.

La precarga de datos entre servidores, en el caso de que hayamos optado por replicar la carpeta, puede tardar desde unos pocos minutos hasta varias horas dependiendo del número de ficheros y del volumen de datos.

El DFS permite especificar los horarios de sincronización/replicación y el ancho de banda máximo utilizable por la herramienta, de forma que se realice a las horas que menos incidencia tenga en el rendimiento general de la red (noches y/o fines de semana) o que realizándose en tiempo real se asigne una velocidad lo suficientemente controlada para no perjudicar a la navegación esperada por los usuarios.