En ocasiones, cuando nos enfrentamos a un dilema judicial, se necesita aportar una serie de conocimientos técnicos que el juez probablemente no posee. En este caso entran en juego los peritos judiciales, personas especialistas en la materia que se debate.
Un peritaje judicial puede ser encargado por una de las partes (acusación o defensa) o solicitado por el propio juez a partir de una lista previa de peritos autorizados por parte del colegio profesional pertinente.
En el caso concreto de los peritajes informáticos la casuística que se puede presentar es enorme:
- análisis de accesos a ficheros y/o bases de datos, de cara a determinar quién y en qué fecha ha accedido o modificado determinada información
- certificación de la validez de comunicaciones electrónicas
- análisis de seguridad
- recuperación de datos
- accesos/comportamientos indebidos
- suplantación de identidades en redes sociales
- conflictos entre cliente y proveedor de servicios informáticos
- valoraciones de software/hardware
- …
En definitiva, extraer y verificar de los equipos informáticos y de la documentación aportada (contratos, facturas,…) la información relativa al caso que se está juzgando.
En la actualidad, y muy probablemente influenciado por la crisis económica, la cantidad de conflictos con necesidad de la aportación de un perito informático ha sufrido un incremento considerable en el campo laboral; despidos, rescisiones de contratos, diferencias entre socios, …
Irix Galicia S.L. proporciona ese apoyo informático en estos conflictos judiciales, bien sea desde la visita y análisis previo de las distintas posibilidades, bien desarrollando un informe pericial determinado o incluso preparando y apoyando al abogado en el apartado técnico y acudiendo a las vistas judiciales como peritos informáticos.